"Hrönir" Máquina de Poesía
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Hrönir Máquina de Poesía© de Ana María Rivera y Antoninna del Sol |
Desde el principio los Hrönir, fueron hijos de la distracción y el olvido, era muy frecuente encontrarlos en las regiones más antiguas de Tlön; pero a mediados del siglo XIX, se comenzaron a producir de manera metódica; los todopoderosos de Tlön, encontraron que podían encausar y capitalizar, esa espontánea costumbre de los habitantes, la cual consistía de manera instintiva, en duplicar objetos perdidos e infiltrar en el mundo objetos nuevos, que variaban del original, multiplicándolos progresivamente, siempre que se cumplieran las tres premisas justificables, para dicho ejercicio, digamos, creativo; la primera la pre existencia de dichos objetos, al menos en la mente de los buscadores; la segunda, la pérdida o por lo menos la sospecha de la pérdida de los objetos que se buscan; y la tercera para que pudiera producirse posteriormente el hrönir, era definitivo que uno de los buscadores encontrara el objeto y guardara silencio sobre su hallazgo, para que el otro no parara de buscar y pudiera encontrar, exhumar o producir ese hrönir, llamado de primer grado.
Decía que los
todopoderosos de Tlön empezaron a potenciar ese conveniente artificio de
duplicar y multiplicar el universo con delirantes sumas de objetos, hrönir de
primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto…duodécimo grado, (estos últimos
ya de degenerada factura), en el ánimo de su uso funcional, a la hora de
probar, demostrar o justificar un lapsus histórico, la carencia de un eslabón,
un segmento, una fracción arqueológica, o matemática, o geográfica, con
metódicas elaboraciones de hrönir, que emplazaran acomodaticiamente las negligencias,
las falacias, los fraudes o las presunciones - diríamos también en el planeta tierra-
de siglos y siglos de envalentonados dictámenes e inmarcesibles doctrinas.
Salvo que los hrönir son el producto de una sociedad “congénitamente idealista”,
así que cuando se empezaron a producir de manera sistemática, hubo distintos
procedimientos que se hicieron experimentar a los tlönianos, en la busca de la
producción del auténtico hrönir, que la esperanza y la avidez de los
participantes, por ejemplo, pueden entorpecer y hasta malograr, al punto de
producir objetos herrumbrados de fechas posteriores a los experimentos; se sabe
también que fue improcedente mostrar de antemano a los ejecutantes, fotografías
de los objetos perdidos, o incluso habilitar la experiencia a grupos de
buscadores, ya que dicha opción solo generaba la producción de objetos
contradictorios, que distaban de aquellos indiscutibles hrönir exhumados,
encontrados o producidos de manera individual y casi improvisada, que prestaron
y “han prestado servicios prodigiosos a los arqueólogos y han permitido
interrogar y hasta modificar el pasado, que ahora no es menos plástico y menos
dócil que el porvenir”. Al menos eso dice el “Onceno Tomo”.
En nuestro
proyecto Temporartes 2001-2017 El Paraíso bajo la especie de una Biblioteca, hemos
dado en llamar Hrönir a nuestra máquina de poesía, diseñada para nuestros
talleres de poesía con jóvenes y niños y para nuestro Taller de Poesía con
énfasis en Borges.
Hrönir es el
nombre más conveniente que pudimos encontrar, pues qué es sino la construcción
poética sino la hija primogénita de
la distracción, el olvido, la azarosa forma de la correlación, el ansia de
encontrar lo perdido, de reproducir lo ausente, de representarlo; Hrönir es un
instinto de materializar lo ideado, es un ímpetu de configuración de
intangibles, buscar lo que no se nos ha
perdido, porque ya ha sido encontrado previamente muchas veces, porque es mejor
que como en Tlön las cosas se dupliquen y no propendan a borrarse y a perder los detalles cuando los olvida la
gente. Queremos seguir teniendo umbrales, galerías, pan, violetas, cerraduras,
naipes, tableros de ajedrez, libros, tardes, espejos, auroras, atlas, copas,
clavos, bibliotecas orientales y occidentales, un universo entero que perdure más allá de nuestro olvido, que
no se pierda de vista el umbral herrumbrado cuyo único visitante era el mendigo
muerto esta mañana, que al otro lado del mundo unos pájaros y un caballo sigan
salvando las ruinas del anfiteatro, que advirtamos algunas vez que la poesía
como esas muchas cosas y esas muchas personas que se ignoran, están salvando al
mundo.
Ana María Rivera
Hrönir Máquina de Poesía©: Artefacto didáctico creado por Ana María Rivera y materializado por Antoninna del Sol, a partir del cubo de Rubik, y especialmente diseñado para el proyecto “Temporartes 2017 Proyecto El Paraíso bajo la Especie de una Biblioteca. Programa de Promoción del Libro y Resignificación de la Lectura y la Escritura”, concertado con el Ministerio de Cultura de Colombia y la Corporación Artes Escénicas del Tolima
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