Con-Verso Poesía al Parque de Honda















¡Qué bien se ve la tarde /desde el fácil sosiego de los bancos! /Abajo/ el puerto anhela latitudes lejanas/ y la honda plaza igualadora de almas /se abre como la muerte, como el sueño. Decía Borges hace noventa años, desde la plaza San Martín, en Buenos Aires, y nosotros desde esta plaza central en Honda, Tolima, una tarde de miércoles, de dos mil diecinueve, respondemos con sus palabras: en busca de la tarde fuimos apurando -no- en vano las calles. 

Y, en verdad, transeúntes y paseantes de todas las edades fueron llegando así, apurando no en vano las calles, para hacer el poema con Hrönir, la Máquina de Poesía y la Máquina para Pintar el poema León Pereañez;  para sorprenderse con eso de que la poesía siempre ha estado afuera, y ocurría sin que nos percatáramos; ocurría mientras deteníamos el paso, o cambiábamos de vereda, o desandábamos el camino por algo que habíamos olvidado, o mientras esperábamos a quien no habría de llegar, o mientras llegaba ese a quien no esperábamos rever. Y como en un día baudelairiano, del siglo XIX, en que los ciudadanos se dieran cuenta, de "lo grandes y poéticos que eran con sus corbatas y sus zapatos de charol", percibiéramos desde el Tolima, “lo grandes y poéticos que somos con nuestros sombreros de Pindo, -esa especie de paja ribereña-, y nuestras camisas de algodón”. 

Desde un banco de la plaza "Las Américas" en Honda, entre árboles de ceiba y de mango, decimos versos que Borges repite, desde la Plaza San Martín en Buenos Aires, entre jacarandás y acacias, acaso pensando en la unicidad del espacio, en "la honda plaza igualadora de almas",  en esa otra plaza que es ahora, esta misma: "Todo sentir se aquieta/bajo la absolución de los árboles/... ¡Qué bien se ve la tarde/desde el fácil sosiego de los bancos!"

Proyecto "Temporartes 2001-2019. El Paraíso bajo la Especie de una Biblioteca. Programa de Promoción del Libro y Resignificación de la Lectura y la Escritura". Con el auspicio del Programa Nacional de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura de Colombia, la Corporación Artes Escénicas del Tolima y la Biblioteca Pública Municipal Alfonso Palacio Rudas. 


Agradecimientos especiales a la bibliotecaria, Sandra Liliana Guerrero.





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